lunes, 6 de agosto de 2012

HISTORIA DE LA FAMILIA

3ª Parte,  El Regreso a Salima


La paz se hizo entre los El Masri y los Said


En las negras y parduscas colinas de origen volcánico de Yabal El Duruz se encontraban Ali El Masri, su hermano Ahmad sus hijos y sobrinos, entre ellos los descendientes de Slaimen, muchos de ellos ya mayores de edad, incluso algunos ya casados y con hijos, tratando de rehacer sus vidas después de aquella hazaña tan honrosa en el Ain de Arsoun, pasando los días sin saber nada de lo que ocurría en Salima, eso sí, con el temor y en la espera de la retaliación de Abou Ali Said, porque de aquellos hechos aun estos no se han vengado.

A pesar de ello, no descuidaban su guardia, más bien extremaron la seguridad, más que todos ellos Ali El Masri quien tenía la costumbre que apenas al caer la noche cerraba la puerta de su casa con llave y siempre le pedía a su mujer que estuviese muy atenta y cuidara de que la puerta estuviese cerrada, algo no común en el Yabal, donde vivían honorables y humildes familias quines mantenían sus puertas y ventanas abiertas hasta altas horas de la noche, incluso, muchas de ellas no le pasaban el cerrojo, por la alta seguridad y tranquilidad que se vivía en aquellas colinas del suroeste de Siria.

Era la excepción en casa de los El Masri, en particular del mayor de la familia, Ali El Masri, siendo ya cotidiano el repetir siempre a su mujer y sus hijos de cerrar la puerta y pasar la llave, una y otra vez y así todas las noches, hasta que una de ellas Ali y su esposa discutieron, ripostándole ella “Hasta cuando vamos a seguir con esta situación, nunca vamos a vivir tranquilos como los demás”, por lo qyue el le contestó una vez más “Cierra esa puerta, sino la cierro yo, si uno tiene enemigos tan peligrosos como los Said, nunca podremos dormir tranquilo, porque se que ellos algún día van a venir y querer vengarse”.

Mientras conversaban acaloradamente Ali y su esposa, cerca de la casa entre los arbustos se encontraba Abou Ali Said, que aunque temeroso del paso que iba a hacer, escuchaba la discusión, venía solo y sin intención de venganza, se ocultó entre los arbustos, cobijado por la oscuridad de la noche y espero que se calmaran dentro de aquella casa.

Siempre oculto se ubicó cerca de la puerta y grito “Ali El Masri, oh Ali escucha, soy Amin Ali Said, soy Bou Ali de Salima y vengo hacer la paz contigo y con toda tu familia, por favor sal para poder hablar tú y yo”.

Ali El Masri al escuchar la voz de su enemigo que lev gritaba desde afuera, quedó perplejo, sin perder tiempo tomó su escopeta y abrió la puerta para enfrentarle, pero este aun escondido entre los matorales trató de calmarle y convencerle de que estaba solo, diciéndole que no venía a pelear sino a conversar y hacer las paces.

Ali El Masri no quería dejarse engañar y le invitó a salir de su escondite y enfrentarse con él, en virtud de ello, no le quedó a Bou Ali más que exigir la vieja tradición árabe de pedir que le diera pan y un poco de sal,

Esta soplicitud tiene un alto valor y muy significativo en la cultura árabe, ya que la harina con que se hace el pan y la sal simbolizan la abundancia, la cosecha y el trabajo, también simboliza la confianza y la paz entre los hombres de buena voluntad.

Una vez más Bou Ali volvió a gritar: “Ali, por favor tirame un poco de pan y sal, para que tengamos entre nosotros la paz”, Ali aun incrédulo de lo que estaba ocurriendo, mantenía su arma en alto, sus hijos cerca y a la defensiva, pero le pide a su mujer que trajera el pan y la sal para darsela a ese señor, es en ese momento que éste sale de entre los matorrales, recoge el pan y se la come, luego se le acerca a Ali pidiéndole perdón por todo lo ocurrido y tras algunas palabras que se intercambiaron, terminaron en un gran abrazo con varios besos en sus mejillas (costumbre árabe de saludo, perdón y bendición).

Después de aquello se suscita entre ellos un dialogó, resaltando el tema del perdón a nombre de toda la familia Said y de todos aquellos que perdieron sus parientes en aquella refriega del Ain en Arsoun, la aceptación de la culpa por los errores cometidos por su hijo y la solicitud del regreso de todos los El Masri a Salima. Según la historia oral, Bou Ali Said le dijo a su antiguo enemigo “La paz entre nosotros es bajo una condición, si me juras que respetaras junto con toda tu gente este hecho, también me vas a jurar de que volveran conmigo a Salima para vivir juntos como antes lo hicimos”.

Tras esa conversación y pedido de paz, la cual fue aceptada por Ali El Masri en nombre de toda su familia, éste le pidió, algo de tiempo para reunirse con los suyos y discutir sobre el regreso, pero si le prometío volver a Salima, su villa su verdadero hogar, para vivir en paz como Dios manda.

La fecha y el año de este suceso, se perdió cobn el tiem,`po, ya que los historiadores orales de la familia no lo tenían sino calculaban que ocurrió 12 ó 14 años después de aquella fatídica noche, que tampoco se tiene claro en que día, mes o año ocurrió.


El retorno de los El Masri a Salima

Transcurren las semanas, hasta que el grupo de la familia El Masri (la gran mayoría de sus miembros se identificaban con el nuevo apellido) deciden que era tiempo ya de regresar a sus casas y tierras en Salima,

Pero no todos estaban de acuerdo en regresar y abandonar las casas que tenían en Yabal el Duruiz, quienes deciden quedarse en esas colinas de la montaña druza uno de ellos fue Henaidi, hijo del difunto Slaimen Jair Eddin, los otros fueron los hijos de los hijos de Ali y Ahmad, llamados Makled hijo de Matar, Braik hijo de Slaimen y un tercero que adoptó como apellido el original de la familia, Jair Eddin.

El resto de los muchachos se alistaron para acompañar a sus padres y tíos para el retorno a Salima, por lo que toman parte de sus pertenencias y en una clara mañana parten hacia el Líbano, tomando la carretera desde el Yabal vía Damasco, pernoctando según los cronistas orales en Jaramana un pueblo que queda al sur de Damasco (hoy suburbio de la misma), allí descansaron en casa de uno de los amigos, para continuar su viaje a Damasco, de alli se dirigen al oeste para tomar el paso montañoso de El Maazar en la cadena montañosa del Anti Líbano, frontera natural entre Siria y el Valle de la Bekaa (Líbano), al llegar al valle de la Bekaa (Líbano), en vez de dirigirse directamente al oeste para subir la cordillera del Monte Líbano, van hacia el norte para llegar cerca de la histórica ciudad de Baalbek, donde acampan con la intención de adquirir granos y otros víveres, la región de Baalbek en aquel tiempo era rica, y próspera, se le conocía como el granero y centro comercial de la región sirio libanesa. Pero existe otra versión de los cronistas orales y refieren que este hecho no sucedió sino que marcharon directamente al Monte Líbano, para ir de una vez a Salima.

Cierto o no, cuentan los cronistas que apoyan la primera versión, que al marchar hacia Baalbeck y acampan en un lugar cercano, donde pernoctan varios días mientras hacian sus compras, una vez cumplida esta parte, toman la vía de regreso hacia el sur para ir a retomar nuevamente el camino de Damasco al Monte Líbano, pasando por la abra de Duhur el Baidar, por encima de los 1500 metros sobre el nivel del mar, de allí bajar a la comarca de El Maten y llegar a Salima.


Cuentan los cronistas que el destino les hace una nueva jugada a los El Masri, ya que mientras estuvieron cerca de Baalbek, uno de los muchachos se enamora de una doncella de la villa de Haur Taala, pueblo a 20 kilómetros al sur de Baalbek, habitada por musulmanes del rito chiíta, y tal fue su amor por ella que decide a la postre casarse con la hermosa joven musulmana.

Las crónicas no aclaran si el jóven partió con ellos para luego volver por la doncella y quedarse con ella en esa villa musulmana o se quedó en dicho poblado para estar con la joven, lo que si esta claro es que el joven si se enamoró de la doncella y para poder casarse se tuvo que convertir a la fé chiíta del Islam, manteniendo su apellido, de su unión con aquella joven, sus descendientes se han multiplicado de tal manera que sus miembros viven no solo en Haur Taala sino en otras villas vecinas y en la misma ciudad de Baalbek, conformando hoy día al poderoso clan familiar de los El Masri de confesión musulmana de la región de Baalbek.

Los que quedan marcharon a Salima por la ruta señalada, inician el ascenso a la cordillera del Monte Líbano por Chtaura para alcanzar el paso por Dahar El Baidar, de allí descienden hacia Felougha, para luego pasar por Qornayel y de alli recorren los seis kilómetros para llegar a su tan anhelado destino, Salima.

Esta es la historia de los origenes de la Casa El Masri, de aquellos tres hermanos que inician sus vidas con la esperanza de mejorar y superar su situación, trabajando en tierras ajenas de los Lamaiyin (de los Emires Abou El Lamah), pero que con su honradez y su trabajo, poco a poco supieron ganar no solo la confianza de la gente de la villa, sino que ganaron sus propias tierras y en ellas construyeron sus viviendas, pero el destino les truncaria la felicidad al ser vilmente asesinado el menor de esos tres hermanos, para comenzar un gran periplo que les llevaría al Yabal El Duruz, para luego convetirse uno de ellos en egipcio, y asi poder consumar una venganza que les limpiaría el honor y volver de nuevo a Salima, despuérs de casi 12 ó 15 años de aquella fatídica noche de sequía.

De aquellos hermanos y sus descendientes (hijos y nietos), darían origen a una gran familia que con el trasncurrir del tiempo, crecerían tanto para expanderse no sólo en Salima, sino también en pueblos vecinos como Felougha, Khalouet, Bzebddine, Aley, Mreiyat, Yabal el Duruz, Jaramana, cerca de Baalbek y en esta misma ciudad,, incluso en Beirut, capital del Líbano, para conformar hoy una de las tres familias más numerosas entre los druzos.


La familia El Masri hoy

Salima, cuna de la familia y motivo de esta historia, en su inicio los El Masri eran unos 13 hombres entre los tres hermanos y sus hijos, para luego sumar los nietos y contar con un total de 18 varones aproximadamente, que con las mujeres y doncellas de la familia llegarían a unas 30 personas. Hoy en los umbrales del siglo XXI conforman más del sesenta por ciento (60%) de toda la población de la villa, el resto un 15% lo conforman la casa Said y un 25% lo conforman las familias cristianas de los Bechaallany, Nacuzzi, Fraija, Hadad, Zhain, Bashour y otros. Paradójicamente no existe ningún miembro de los nobles Abou El Lamah en Salima, ya que estos al cristianizarse se marcharon de la comarca y se instalaron más al norte en Bikfaiya, de ellos sólo queda su historia, el Saraya (castillo), el cementerio ya casi en el olvido y la tumba de la Princesa Zahar Abou el Lamah, conocida hoy como la venerada y santa Sit Em Slaimen.

No se supo más de la princesa o Emira Abou El Lamah ni de su esposo, ni de Bou Ali Said y su esposa, tampoco se supo más detalles de Ali El Masri, de su hermano Ahmad, de sus hijos, sobrinos o nietos, de ellos solo quedaron sus herederos, los Matar, Yabar, Bahaeddin, Slaimen, Mehamed, Fahour, Saloum, Haurani, Kesim, Jatib, Hamad, Shahin, Abdel Hedi, Hedi, Chibli, Bou Chakra y muchos otros clanes más, quienes actualmente hacen historia.

Pero los El Masri no se limitaron a vivir y trabajar solo en Salima, uno de sus descendientes, Abdelhedi (Abdel Hedi) se instaló en el pueblo vecino de Bzebdinne, donde hace raíces con su familia, de estos crecieron dos casas familiares, los Abdelhedi y la casa Hedi unos miembros de la primera familia se instalaron en la pequeña ciudad de Beit El Din en el Chouf.

Otros miembros de la familia El Masri lo hicieron en el siglo XVII y XVIII a lo largo de la ruta comercial de Salima a Baalbek, instalándose en los pueblos de El Kalaà, donde uno de los descendientes Abou Hussein Feriz hijo de Brahim El Masri, también conocido como Feriz Ibn Brahim El Masri (hijo de Brahim), quien se instala en dicha villa en el año 1809 (1229 del calendario musulmán), tras casarse con la hija de Salmén El Henaoui. Igualmente se instalan en la vecina Khalouat, otros en la parte baja de Felougha, todos estos pueblos vecinos entre sí y pertenecientes a la región de El Maten, incluso varios de ellos se instalaron en localidades ubicadas del otro lado de la cordillera del Monte Líbano, que mira al valle de la Bekaa y en ella misma, específicamente en Mreiyat (Mrayjat), cerca de Zahle (El Masri cristianos) y en la propia ciudad Baalbek, Aquí ya había una pequeña representación de los El Masri, de aquel joven que se quedó con una doncella de Haour El Taala, pues la historia se repite doscientos (200) años después, cuando un descendiente de los El Masri de Salima, Melhim Kesim El Masri, en una discusión que tuvo lugar en Salima a finales del siglo XIX, mata a dos personas de la familia Said. Y para evitar una querella y posterior venganza, los jefes familiares de ambas casas drusas se reúnen en una asamblea local y deciden expulsarlo del pueblo, y en su andar llega a esta región donde también se enamora de una joven musulmana de la localidad Baalbek, otros dicen que fue de Haour El Taala, casandose con ella y dejando una gran herencia familiar, hoy día los El Masri de esta región, son tan numerosa o más que los de Salima.

Otros lo hicieron más recientemente hacia el suroeste del Monte Líbano, específicamente en la ciudad de Aley cuando uno de ellos, Sharif Bahaeddin El Masri y su hermano Àyay Bahaddin El Masri llegaron con sus familias a mediados del siglo XX y unos cuantoslo hicieron a la misma capital libanesa, Beirut, estos últimos por razones de trabajo o comerciales.

En Siria también hay una importante y numerosa representación de parientes, pertenecientes a nuestra familia, unos mantienen el apellido El Masri otros no, en este grupo entra una gran e importante conglomerado de personas, quienes residen en varios poblados del Yabal El Duruz (Montaña de los Druzos, ubicado al suroeste del país, qyuienes se identifican con el nombre de su fundador, apodo o clan con que se originó, como los Henaidi, Makled, Braik, Kasouaâ, Balen y los Shehir, todos ellos residentes en Yabal Al Duruz y unos cuantos en el Golán. Hay una séptima casa provenientes de la casa original de los tres hermanos de Salima, los Jaireddin de Yabal Al Duruz, quienes mantuvieron el antiguo y original apellido, pero existe un octavo grupo, quienes se identifican con el Apellido El Masri, el cual se instalaron en Jaramana (Yaramana), un suburbio de Damasco, incluso unos cuantos viven en esta ciudad, estos son procedentes de Salima – Líbano llegados a la región probablemente a finales del siglo XIX, hoy día sus descendientes han nacido en este país, y aunque son sirios, mantienen su nacionalid libanesa, y cuando hay elecciones, van a Salima a sufragar sus votos en apoyo a la familia.

La Casa o familia Henaidi, son descendientes de Henaidi uno de los hijos de Slaimen El Masri (Jaireddin), uno de los fundadores de la estirpe El Masri, quienes se instalaron en el pueblo de Rimi, la villa donde habían llegado al exilio su tío Ali El Masri junto con su hermano Ahmed, hermanos y primos, tras ser asesinado su padre en Salima allí comenzaron a crecer como familia, posteriormente, en una época más reciente un miembro de esta casa obligó a sus hijos a instalarse en varios pueblos para que sean los líderes de dichas comunidades, y así se instalan como jefes de pueblo, no solo en Rimi, sino también en Majdal, Siyin (hoy conocida como Al Mazraà), El Tiri y Sami. Los Henaidi son tan populares en la región donde predominan, que a la misma se le conoce como las “Tierras de los Henaidi” (Harat el henaidiyet o Henaidet). También los hay viviendo en Yaramana, Damasco, en Swaida (capital del Yabal Al Duruz) y en el continente americano. Su número asciende a más de 4000 personas y se encuentran asentados en su gran mayoría en Yabal Al Duruz,

La Casa Makled (Maklad), son rama del clan Matar El Masri, descendientes de Ali Jaireddin, cuyo número asciende a más de 2000 personas, y quienes viven en Yabal Al Duruz en la localidad de Rami, Rajal, el primero es un pueblo en su totalidad perteneciente a esta familia, con una población que sobrepasa a las 1000 personas, también habitan en y en algunos otros pueblos cercanos a Rami y en la capital del Yabal, Swaida, Unos pocos viven en Líbano y un gran número de inmigrantes en América, principalmente en Venezuela.

La Casa Balen son descendientes antiguos de la familia El Masri, cuyos orígenes se remontan a los Bilan de Arabia Saudita. Son una numerosa familia asentada en Yabal Al Duruz, en su mayoría en el pueblo de Malah donde son mayoría y en Swaida. También hay muchos emigrantes en la América.

La Casa de los Kasouaà son descendientes de Hussein Mohammad Abdel El Hedi El Masri, conocido también como Mohammad El Kasouaâ (el Torcido, debido a su deformidad o joroba en la espalda), quien marchó a Yabal Al Duruz (Montaña de los Druzos), Siria, donde formó su familia, y a sus descendientes lo conocieron como uled Kasouaâ y de allí nace este apodo del clan que con el tiempo se convirtió en un apellido. Estos actualmente superan las 3000 personas y habitan en la localidad de Wakem, cerca de Em El Zhaituni, al norte de Swaida, y en otros poblados de la región, incluso en Swaida y Damasco, algunos emigraron a la América.

Otra antigua casa son los miembros de la familia Braik, descendientes de Slaimen, uno de los hijos de Ali Jaireddin El Masri, el mayor de los tres hermanos fundadores de la estirpe familiar, estos actualmente son numerosos, encontrándose asentados en varios poblados del Yabal como en el Majdal, en la región conocida como Hara el Henaidet (sector de los Henaidy).

Los de la Casa Jaireddin de Yabal Al Duruz, son descendientes de uno de los hijos de los hermanos El Masri Jaireddin que salieron de Salima al Yabal, tras la muerte de su hermano Ahmad. El fundador de esta casa mantuvo el apellido original de la familia.

El otro grupo, la casa Shehin provienen de la familia El Masri de Salima Líbano, su número no supera a los 2000 individuos, asentados en su mayoría en Yabal Al Duruz, en particular Swaida, capital de la región al sur de Siria.

En total, sin meter a los El Masri de Yaramana, son siete (7) familias o clanes familiares asentados en Yabal El Duruz, quienes descienden de la Casa El Masri de salima Líbano.


Los El Masri fuera del Medio Oriente
Desde que se instalaron en Salima, se encuentran emigrando a los pueblos vecinos y a otros países. Por ello se habla de una Emigración interna y otra externa. La primera es a los pueblos y villas cercanas, así como al país vecino, Siria, tal y como podimos apreciár en los anteriores párrafos. La emigración externa es la que efectuaron a otros países lejanos ubicados en Europa, África, América y algunos países del Medio Oriente.

De estos parientes que han emigrado del Líbano, en su mayoría son de la villa de Salima donde nació la familia, y en menor grado de Jaluet (Khaluet), Kalaá, Emriyat, entre otros. Hay que señalar que la primeras emigraciones se produjeron al país vecino Siria a mediados del siglo XVII, luego cuando comienzan los problemas políticos, religiosos y económicos en el Líbano, comienzan a emigrar los primeros parientes a la América a mediados y finales del siglo XIX, luego de esos primeros (2), se produce la gran emigración hacia ese continente desde principios del siglo XX y a lo largo de ella, principalmente Islas Neerlandesas (Curazao y Aruba), Venezuela y Argentina, más tarde a finales de ese siglo, los Estados Unidos de América (U.S.A.) sería el preferido, mientras que en los años sesenta y los setenta lo hicieron a los países del África, Medio Oriente, Europa y Oceanía.

El primer emigrante de la familia que salió del ambito sirio libanesa, incluso del Medio Oriente fue Hussein (Hassin) Ali Hassoun El Masri, de Salima quien marchó a la América entre Agosto a septiembre del año 1854, siendo el probablemente el segundo libanés que ha emigrado a la América en la historia moderna del Líbano, curiosamente, ese mismo mes y año, emigró el primer Libanés a la América, Tanius Beshahalani (Bishahalany), de confesión cristiano maronita y también oriundo de Salima Líbano, por lo tanto, este pariente Hussein Ali Hassoun es el segundo en la historia moderna de Salima, la historia no nos deja de asombrar, ya que ese mismo año, exactamente el 15 de agosto de 1854, fallece en Salima la querida santa druza Zahar Abou El Lamah, cariñosamente conocida como Sit Zahar o Sit Em Slaimen, hija de los antiguos emires druzos gobernantes en El Maten, los Abou El Lamah, ese mismo año antes de morir, repartió sus tierras en partes iguales a las dos familias druzas del pueblo, los El Masri y los Said, sediéndole su herencia a ellos en partes equitativas, lo que no pudo hacer fue seder el Castillo (Saraya) de Salima, porque este quedó en manos de sus hermanos que se habían cristianizado, quienes lo vendieron en el año 1882 a los Monjes o frailes capuchinosCapuchinos.

De Hussein Ali Hassoun poco se sabe, tampoco se tienen datos de lo que hizo o a donde llegó en el continente americano, Su hazaña solo ha sido mencionado en algunos escritos o cartas de ciertos intelectuales salimianos, como la carta del Profesor Rachid Deud El Masri (1987) al Dr. Monir Afif El Masri (quién escribe), eminente maestro de Salima por más de seis décadas, llegando a ser incluso el director de la Escuela Estatal de la escuela pública del pueblo.

Tras la partida de Hassin Ali Jassoun El Masri, para llegar en algún lugar de América, probablemente a los Estados Unidos, comenzó la emigración de numerosos parientes siguiendo las huellas de este y del primer libanés Tanius Bechaalani, en busca del sueño americano, la lista es muy larga, pero podemos mencionar que el segundo pariente en hacerlo fue Hussein El Haurani El Masri, de Salima que emigra a finales del siglo XIX a la America, llegando a Venezuela, específicamente al pueblo de Pedregal en el estado Falcón, a pocos kilómetros de la capital del estado, Coro, posteriormente se instaló en esta ciudad, de este pariente nace una familia apellidada “Salima”, quienes viven actualmente cerca de Churuguara en la Sierra de Coro (Falcón), estos no tienen nada que ver con los Salima de Santa Ana, península de Paraguaná (Falcón), quienes descienden de tres hermanos de la familia Maronita de los Nacouzzi, oriundos también de Salima -Líbano.

Luego le siguieron Merhi Hassin Fahour y Shahin Hassin Fahour, ambos de Salima, quienes lo hicieron a principios del Siglo XX y llegaron primero a USA y luego a Curazao, el primero nunca regresó al Líbano, muere en Curazao, mientras que Shahin si lo hizo, Abbes Hassin Fahour, en 1908 de Salima a USA, Mexico y Venezuela para regresar al Líbano, Kesim Salim El Masri (1910), de Salima a USA, nunca regreso, sus sus hermanos Said Amin Salim El Masri de Salima llega a Santiago de Chile (Chile) en el año 1910, el primero fue conocido con el nombre latinizado de Martín El Musri o Musri, nunca regreso, Amin Salim El Masri, estuvo poco en Chile para ir a USA donde su hermano Kesim y regresar a su casa en el Roaisi (Salima). Luego siguieron Salim Slaimen Mehamed, en 1914 de Salima a Pedregal (Falcón) Venezuela, en plena Primera Guerra Mundial, años después en la década de los treinta marcha a Curazao, Saleah Matar El Masri, en 1914 de Salima a Pedregal (Falcón) Venezuela, poca referencia se tiene de este pariente. Kemil Shehin El Masri, en los años veinte a México, donde trabaja y se dedica a la docencia, poco después regresa al Líbano, Yussif Mehamed Salum El Masri, en 1922 de Salima a la Argentina, provincia de Buenos Aires. Kesim Feyis El Masri, en 1924 de Salima a Colombia, Hassin Fahour El Masri, en 1924 de Salima a Colombia, padre de Merhi, Shahin y Abbes Hassin, quienes le precedieron en la emigración a la América, es el fundador del Clan Fahour, Yamil Shehin, en 1927 a la Argentina, poco después regresa al Líbano, Ali Abbes Fahour, en 1929 de Salima viaja junto con su tío Shahin Hassin Fahour a varias islas caribeñas antes de llegar a Venezuela, de allí a Curazao en 1931 y en 1948 se instala en Punto Fijo estado Falcón en Venezuela y en 1978 regresa al Líbano. Mehamed Abdalah Hussein Salum, en 1929 llega a la Isla Neerlandesa de Aruba, es primo hermano de Ali Abbes. Y así prosigue la larga y extensa lista de parientes que han viajado a la América y a otros continentes.

El motivo de esta numerosa emigración, es común para todos los libaneses, en su mayoría montañeses y campesinos, trabajadores de la tierra, cosechadores de viñales, olivos, cítricos, trigo, etc., pero situación económica empeoraba con los continuos conflictos políticos y religiosos que se presentaban en el país y en la región, tales como las guerras civiles druzos cristianas de 1840 y 1860, las revueltas de independencia de los países árabes, primero contra los turcos y luego contra las potencias europeas, complementándose estos Primera Guerra Mundial (1914-1918) y Segunda Guerra Mundial, las revoluciones blanca y árabe en el país, rematandose con el conflicto árabe israelí y la Guerra Civil Libanesa (1975-1990).

Para mediados del siglo XIX, cuando se inicia oficialmente la emigración libanesa, Salima era una pequeña villa de las alturas del distrito El Maten, rodeada de un gran ambiente de atractivo escenario natural, entre un bosque tupido de Snaubar (conífera de gran tamaño que produce el piñón comestible), donde existían casas y casonas de piedras labradas con techos de tejas rojas, entre ellas y alrededor del poblado se sembraban viñales, olivos, plantas cítricas, gran variedad de hortalizas, higos, así como de la cosecha del piñón (snaubar), además de la cría de ovejas y cabras.

A principios del siglo XX, muchos de sus pobladores se dedicaron a la cría de abejas (miel) y la cosecha del gusano de seda, con sus grandes hilanderías que eran numerosos en Salima, pero todo esto decayó drásticamente con la caída de la producción de la planta de la morera, de donde se alimentaban estos gusanos.

Tras comenzar los conflictos político religiosos, que llevaron a la destrucción no solo de la economía de Salima, sino de toda la montaña libanesa, no en balde se destruyeron la mayoría de los viñales, trigales y otros sembradíos en las décadas de los treinta y cuarenta del siglo XIX, y luego a mediados de la década de los cincuenta y principios de los sesenta del siglo XX, cerrarían todas las hilanderías (querjenet) de seda, en el transcurso de siete años, repercutiendo notablemente en la villa.

Esa es la verdadera historia de todo emigrante libanés, y también es la verdadera historia de todo emigrante salimiano, específicamente de los El Masri, aunque con ciertas excepciones, muchos de ellos llegaron a la América utilizando como escala a las Islas del Caribe, en especial las Neerlandesas (Curazao y Aruba) para llegar a Estados Unidos, México o Venezuela, principalmente a este país, entrando por Oriente desde Trinidad, o por el puerto de Maracaibo Estado Zulia y el puerto y aeropuerto de la Guaira, pero la mayoría lo hicieron a través del Aeropuerto de las Piedras en Punto Fijo Estado Falcón, cuando este entró en funciones entre los años cuarenta, otro grupo importante de parientes llegaron a los Estados Unidos (U.S.A.), Brasil y Argentina, y en menor grado los otros países, en su mayoría por barco entre los últimos años del Siglo XIX hasta cerca de mediados del Siglo XX, cuando empezaron a llegar por vía aérea.

Esta emigración aunque en cierta forma positiva para los que se marcharon al extwerior, al mejorar su forma de vida, fue muy negativa para el poblado, ya que limitó su crecimiento tanto geogtráfico como económico, hoy día entre las casas de la familia El Masri no hay ninguna que no tenga un emigrante en América o en otro continente, alejando a muchos de sus raices de los que quedaron en Salima

En la actualidad, la mayor emigración se concentra en Estados Unidos, Brasil, Venezuela, Argentina, Chile, Canada, Alemania y en los países de la Peninsula arábiga (Arabia Saudita, Emiratos Árabes).

Un hecho de importancia de resaltar es que en América se fundan nuevos clanes familiares de la familia El Masri, como los “Salima” en Falcón – Venezuela, los “Fahour” en México y los “Buchacra” en Mendoza – Argentina, además de los modismos de la misma familia, tales como El Masri o Al Masri en Venezuela, U.S.A., Colombia, Brasil, países de Europa, Curazao, Aruba y en Australia, los “El Musri” o “Musri” en Argentina, Chile, Uruguay y Paraguay, los “El Mazri” en México y algunos países en Europa, y los “El Mosri” en algunos de esos países.

Trescientos treinta y ocho (338) años después de aquella fecha de 1636, uno de sus descendientes, quien escribe esta historia fue a visitar las tierras de sus padres, Líbano, para conocerla, en especial Salima (septiembre 1974 a Enero 1975), siendo un jóven para aquel entonces, pero que al estar en esas tierras se le quedó marcado una gran huella para siempre.

En ese lapso (septiembre de 1974) llegaron de visita a Salima una gran comitiva de parientes proveniente de Yabal El Duruz – Siria, eran los primos hermanos (Huled el Aamm) como se conocen los parientes de Siria con los El Masri del Líbano, compuesto por ancianos, hombres sabios (masheyij), adultos y jóvenes, encabezados por los Makled, Henaidi, Balen, Jair Eddin, entre otros, acompañados de los parientes El Masri de Jaramana (Yaramana), suburbio de Damasco, la capital de ese país, para un total de ciento un (101) personas, quienes pernoctaron en las casas de los parientes de la villa por casi dos semanas, la que utilizaron como base de sus visitas a todos los pueblos donde hay El Masri en Líbano, como Bzebddine, Chalet, Felougha, Mreiyat, Aley, además de visitar casa por casa de los parientes en Salima.

Los El Masri de Baalbek (musulmanes) al conocer la visita de estos parientes sirios a Salima, extendieron una invitación para que visitaran la región ya que a pesar de ser de otra Fe religiosa no dejan de ser una misma familia, siendo aceptada y al ir a estas ciento un personas de visita, fueron acompañados por una importante comitiva de los de Salima, con ellos fue la Banda Marcial de los El Masri de Salima, la más famosa e importante del Monte Líbano, siendo todos movilizados con dos autobuses, una buseta y varios vehiculos, siendo recibidos en la entrada de la ciudad turística de Baalbek por una muchedumbre, que portaban pancartas de bienvenida, una vez allí hubo fuegos artificiales y disparos al aire con sus escopetas y rifles, para luego ser invitados con un recorrido por el sector y finalizar con una gran parrillada

Esto confirma y no es la primera vez que hacen estas reuniones o encuentros familiares que la Familia El Masri del Monte Líbano, de la Bekaa, de Baalbek y de Siria son una misma familia, la Casa El Masri.

Recientemente, el 16 de noviembre de 2010, que coincidió con el día del Eid el Adha (Fiesta del Sacrificio) se repitió dicho gran encuentro nacional en Salima, siendo visitados por una numerosa representación, mayor que la del año de 1974, ya que vinieron parientes de todas partes para recibir a los El Masri de Siria (Jaramana y Yabal el Duruz), a esta reunión también vinieron los El Masri de todos los pueblos del Líbano, incliyendo los de Baalbek, además, estuvieron presentes una importante representación de los fair edwin de la región de Rashaiyah – Hasbaiyah (sur este del Líbano

En esta oportunidad, la reunión se efectuó en el Jaliye Bait El Masri, especie de club de reuniones y o convenciones de la familia en Salima, a tal extremo que fue reseñado por varios periódicos regionales y nacionales del país, entre ellos el periódico del Partido Progresista Socialista de Jumblatt, el más prestigioso órgano informativo de los druzos y uno de los más importantes del país.

Esta última reunión confirma que la Casa El Masri de Líbano, con todas sus ramas y clanes tanto en este país como en Siria, son una sola gran casa familiar, emparentados con los Jair Eddin de la región de Hasbaiyah – Rashaiyah, que antiguamente se conoció como Wedi Al Taym.

Cabe reseñar que hasta el siglo pasado varios miembros de la familia El Masri no creían posible provenir de la comasrca de Rashaiyah, de los Jair Eddin de Ain Harshi (Wedi El Taym), por el simple hecho de encontrarse tierras y registros en dicha región a nombre de la familia El Masri, pero en el año de 1947 llegó a Salima Bou Salim Jaireddin, de Ain Harshi, quien confirmó la historia de los tres hermanos fundadores de la familia, desde que salieron de su villa hasta que se asentaron en Salima.

Finalizando este resúmen histórico familias se debe indicar que ha habido varios intentos de reunir a la familia El Masri en Venezuela, un encuentro o reunión anual, pero hasta la fecha ha sido imposible, a menos que sean por muerte de uno de ellos, los parientes de toda Venezuela asisten a los funerales, eso sí, la obligación moral ante el dolor de una familia que pierde un miembro es primordial, pero la idea es que no solo en estos casos hay que reunir a la familia, sino en otro tipo de oportunidades, incluso cabe reseñar que el Dr. Monir Afif El Masri (quien escribe publicó un escudo de armas familiar en su facebook y rápidamente fue adoptado no sólo por sus miembros en Venezuela, sino también en Líbano y Chile, por cierto, los parientes en este país austral de América (El Musri), están intentando reunir a la familia y tienen planes concretos para hacerlo en el año 2011, gracias a los trabajos y cartas publicados de la Familia El Masri en el Blog del Dr. Monir, y gracias a que uno de los descendierntres de Felipe Musri Musri abrieron en Facebook “Clan de los El Musri”, que han logrado reunir a un gran número de esta familia en Chile y Argentina, igualmente desde hace pocos meses los El Masri de Salima han abierto varios sitios en Facebook, como Salima Al Maten, con casi 400 miembros, abierto por miembros del Partido Progresista Socialista Libanés de la familia, Salima Village – Lebanon, administrado por Rabih Haurani Massry y Amr El Masri con más de 400 miembros, El Masri Family Network Group abierto por Sam El Masri de Calgary Canada, de 240 personas, o El Masri Family Network Group de Abou Ali Melhim Kaseem (musulmanes) también de Calgary – Canada con casi 440 personas.


                                Monir Afif El Masri
                               Valencia - Venezuela.
                                      Agosto 2012



HISTORIA DE LA FAMILIA

2ª PARTE


Ali Jair Eddin el Egipcio


Con el tiempo, el mayor de los hermanos Ali Jair Eddin, decide hacerlo pero antes tenía que estudiar la situación, es por ello que deja a su familia, a su hermano y a todos sus sobrinos y decide regresar a Salima, pero no lo podía hacer sino disfrazado como un vendedor egipcio y así entra a la región de El Maten para llegar a Salima, acompañado de un o varios burros que estaba jalando una carreta llena de mercancía y vestido de egipcio. Ciertamente estaba espiando, observando los movimientos de quienes mataron a su hermano y al cabecilla de ellos.

Algunos parientes dicen que Ali nunca fue a Egipto, por lo lejos del viaje, ya que para llegar allá debía cruzar el desierto de Jordania, parte de Sinai para llegar, y eso le llevaría días por lo que era imposible. Otros sostienen que si lo hizo y duró meses allá en las tierras de los Faraones.

Pero hay que seguir con la historia, ciertamente tras un tiempo prudencial de espera, de aquella fatídica noche, cuya fecha se ha olvidado con el tiempo, Ali Jair Eddin, regresa a El Maten – Líbano vestido como un vendedor egipcio, llegando a los pueblos vecinos de Salima, pero evitando entrar en ella, con la intención de pasar desapercibido en la comarca, cargando con su burro lleno de mercancías de ese país, con el único objeto de espiar a los Said y vislumbrar realmente como estaba la situación. Cabe señalar que en árabe Egipto se traduce Masr y egipcio es Masri.

Con el tiempo se repitieron las visitas a la comarca, donde se hizo de buenos clientes y amigos, sobre todo en Btekhnay (Btejnay), Arsoun, Feluga y Qarneyil, este último era el más cercano de Salima pues tan solo lo separaba unos 3 kilómetros.

Con su nueva identidad de el egipcio (el masri) no era reconocido, por lo que en una de esas visitas se acercó a Salima y se atrevió a entrar en la villa, percatándose que tampoco era reconocido en su propio pueblo, y comenzó ha hacer clientes en ella, entre los habitantes cristianos y los drusos de la familia Said. En vista de su relativo éxito repitió las visitas a la villa en numerosas oportunidades, hasta que la gente lo veían casi siempre y lo comenzaron a identificar como El Egipcio (Al Masri o El Masri), siendo ya popular entre los pobladores, que incluso esperaban su llegada y comentaban su partida, “Llegó El Masri” o “Ya se fue El Masri”, o lo llamaban con su apodo Masri (egipcio) que tienes para la venta hoy, esto se repetía en los pueblos vecinos, siendo estos comentarios muy comunes, popularizándose su nombre.

En una de sus rutinarias visitas a Salima, Ali el Egipcio (Ali El Masri) se instaló cerca de las murayas del Palacio del Emir (Saraya) para vender sus productos, en lo que es hoy el Miden (Patio ó Mercado o plaza Central), por una ventana del Saraya estaba observándole la esposa del Emir Abou El Lamah, gobernante en Salima, desconociéndose su verdadero nombre pero que identificaremos como la Princesa o Emira Abou El Lamah (en árabe princesa es Emira o Amira), ésta noble dama ya había tenido trato y amistad con Ali, y fue quien le sugirió abandonar Salima y evitar más violencia.

La Emira vio fijamente al vendedor egipcio, a pesar de las vestimentas de éste le reconoció, se dice por sus grandes y negros ojos que poseía Ali que lo delataron, ella al percatarse de su presencia, ordenó a uno de sus guardias para que bajara y le diga al egipcio para que suba a hablar con ella, el guardia así lo hizo, al encontrarse con el supuesto vendedor le comunicó su orden, por lo que él sin percatarse de nada, con el orgullo que le caracterizó siempre, le contesta al inocente guardia: “Dile a tu señora el que necesita del otro que venga a él”, el guardia sin poderle convencer y extrañado ante esta actitud, no le quedó mas remedio que regresar al palacio y comunicar a su Señora dicho mensaje, ella se sorprendió y un poco molesta le ordenó a su guardia llevar un nuevo mensaje: “Dile al egipcio Ali que suba a hablar conmigo o develaré su secreto”, y así lo hizo el soldado.

Ali Jair Eddin al verse descubierto no le quedo más remedio que subir ante la presencia de la Amira, una vez frente a ella confirmó su sospecha de que si estaba descubierto, cuando ella le reprocho, “Ali, yo se para que has venido, solo para vengar la muerte de tu hermano”, y después de un breve intercambio de palabras, le habría disuadido para que no lo hiciera, ya que los Said son aun una familia fuerte, aconsejándole retirarse del pueblo antes de ser descubierto y dejara las cosas tal y como están, por lo que Ali El Masri, como ya se identificaba, contrariado, siguió su consejo, deja el palacio, recoje su mercancía y sale de Salima, rumbo a Yabal El Duruz (Siria) al encuentro con su familia.

A esta altura de la historia, a más de cinco o seis años de aquella funesta noche en que perdió la vida su hermano, Ali Jair Eddin ya no se identificaba con su verdadero apellido sino con el apodo adquirido, que con el transcurrir del tiempo sería adoptado por su esposa, sus hijos y por casi el resto de la familia, y de esta manera cambia históricamente la identidad familiar para siempre.


La Venganza

Una vez en Yabal El Duruz, Ali El Masri deja enfriar la situación unos meses, luego acuerda con su hermano consumar la venganza, por lo que decide ir al Maten el Aala (Altos de El Maten) Líbano, donde está Salima para cumplir con ello, llevándose con ellos a todos sus hijos varones, incluso de Slaimen, para aquel entonces, todos los muchachos contaban las edades de entre 12 y 18 años, a lo sumo. Ambos hermanos y sus hijos y sobrinos marcharon bajo el pretexto de ir a El Maten para visitar a unos viejos amigos.

Al llegar a la región montañosa de El Maten, se instalan en las colinas cercanas al manantial Ain El Soja o El Soha (que significa el manantial de la Salud), ubicado en la parte alta de Felougha, en las estribaciones del Monte o Yabal El Kneissi, a unos 1600 metros de altura aproximadamente, de donde se divisaba ampliamente toda la región, incluyendo la comarca donde se ubicaba Salim,a, por lo menos desde allí se visualizaba las colinas altas de Salima (hoy conocidas como Duhur Salima).

Allí reunidos entre todos eran unas doce (12) personas, Ali El Masri se dirije a ellos diciéndoles, “Mirad los pueblos de El Maten, y Salima entre ellos detrás de aquellas colinas”, ubicando la posición con su dedo para continuar, “Todos estos pueblos son nuestros enemigos, nosotros les hemos engañado, ya que les trajimos aquí con la única intención de vengar la muerte de nuestro hermano Slaimen, y queremos saber que sale de ustedes”, Ali esperaba que los jóvenes muchachos tomaran una decisión para continuar, “Podemos o no luchar con toda esta gente”, al terminar estas palabras creó asombro y confusión entre sus hijos y sobrinos, pero sobre todo miedo y temor entre los más chicos, ya que supuestamente venían a visitar a unos amigos y ahora se encuentran con el reto de vengar la muerte de su pariente, por lo que entre los jóvenes muchachos se dividieron las opiniones, los mayores se envalentonaron y apoyaron la idea, no así entre los menores.

Ali y Ahmad en virtud de lo sucedido, se dan cuenta que los muchachos no estaban preparado para lo que habían planificado, por lo que les dicen, “Tenemos vergüenza de ustedes, su cobardía y miedo no se puede ocultar entre los más jóvenes, es preferible regresar al Yabal y volver en otra oportunidad”, y así lo hicieron.

Una vez en Yabal El Duruz, los adultos explicaron a todos los muchachos del porque su intención, simplemente era vengar la muerte de su hermano Slaimen, asesinado por una banda de desalmados que viven en Salima, por haber defendido su turno de agua en aquella fatídica noche, ya que ese día le correspondías por derecho, por eso deseaban vengar su muerte, para que el asunto no quedara impune, ni ante las autoridades, ni ante el pueblo ni ante ellos, ya que no había otra forma de hacerlo y así poder redimir en nombre del difunto y el honor de toda la familia, por lo que algún día tendrían que cumplir con este hecho.

Ali y Ahmad habían hecho de todo esto, una trama, ya que en parte les dijeron a los muchachos la verdad sobre la muerte de su hermano, pero en parte mintieron al decir que toda la comarca estaba colmada de enemigos, esto quizás con el propósito de prepararlos psicológicamente, ya que estaban así al tanto de que había que vengar la muerte del pariente y para ello se tenía que enfrentar a muchos enemigos para poder lograr su objetivo, cuando realmente esos enemigos eran unos pocos desalmados de la casa Said, y no toda, sino de un solo grupo familiar de ella.

Pasa el tiempo, otros cinco años aproximadamente, y ya el joven de 12 años de edad tendría para ese momento unos 17 ó 18 años, ya un hombro para la época, y los de 16 a 18 años eran ya unos adultos, por lo que deciden nuevamente ir todos los hombres a El Maten.

Después de un largo viaje entre valles y montañas., logran alcanzar las alturas de Ain El Soja sobre Felougha, reuniéndose en el mismo lugar de la primera vez, allí Ali El Masri se dirije una vez más a ellos, “Aquí estamos nuevamente y ustedes saben para que venimos, queremos saber si esta vez contamos con su ayuda”, “Cual es la decisión que sale de ustedes”. En esta oportunidad la reacción fue distinta, no fue adversa, al contrario, encontraron en todos los muchachos un enérgico apoyo y solidaridad, por lo que afirmaron, “Si vamos, bajemos a vengar la muerte de Slaimen”.


En virtud de ello, los dos hermanos se dieron cuenta que llegó la hora de cumplir con tan deseada venganza, no sin antes aclararles la verdad a sus hijos y sobrinos, “Muchachos, les mentimos la primera vez al decirles que todos los de allá abajo son nuestros enemigos, al contrario, tenemos muchos amigos aquí, la verdad es que nuestros únicos enemigos se encuentran allá atrás de aquella colina, donde está Salima y son un grupo de asesinos de la familia de Bou Ali Said, ya que entre los miembros de la Casa Said tenemos también muchos amigos.

Tras la aclaratoria, los muchachos más se envalentonaron, ya que se habían preparado mental y físicamente para enfrentar a toda una comarca para lograr su cometido, pero descubren que solo se van a enfrentar a una parte de una familia, en virtud de ello, deciden bajar a la comarca con un plan establecido, pasan por Feluga, Chalet y llegan hasta Qornayel, pueblo de los druzos Hilal y los Aawar a seis kilómetros de Salima, donde reconocen a Ali El Masri y murmuraban el porque vino con tanta gente, muchoas le saludaban, otros les preguntaban que pasaba, pro sin decir nada, y sin dejar sospechas de nada, salen y toman el camino a la villa de Salima.

Al fin entran a la villa por el antiguo camino y llegan al Miden (Plaza central del pueblo), al lado del Saraya (castillo), allí notan que no había mucha gente, se pasearon por la plaza y por el sector de los Said (Harat Bait Said), ubicado a un lado del Miden, y todo estaba tranquilo. Los El Masri desconcertados comenzaron ha indagar entre los pocos que encontraban, conociéndose la noticia que la mayoría de los hombres, entre ellos los asesinos y sus cómplices, se habían marchado para asistir a un funeral de un amigo druzo en la vecina villa de Arsoun.

Arsoun quedaba en una colina vecina, estribación del Monte Kneissi, y para llegar allá habían dos caminos, una regresando por Qorneyil y tomar el camino a Ras El Maten y la otra era bajando de Salima a Arbaniyeh para bordear la ladera y cruzar el pequeño valle que separa las colinas de Salima y Arsoun para ascender a esta última.

Es importante detener la historia aquí, ya que existe otra versión que cuenta que el velorio no era en Arsoun, sino en Ain Anoub, un pueblo lejano que queda fuera de la comarca, cerca del pueblo de Choueifet, a horas de largos y tortuosos caminos, que aunque inverosímil o no, se menciona para no obviar este detalle. Nuestra historia continúa con la versión de que el velorio ocurrió en Arsoun, ya que así lo indican la mayoría de los indicios.

La noticia hace cambiar los planes de los El Masri, deciden ir a Arsoun, bajando por el camino que les llevará a la vecina Arbaniyeh, el mismo camino tomado por los Said, y así salir de Salima antes de ser reconocidos, mientras lo hacían, buscan un sitio para acampar para comer, una vez instalados, envían a dos de los muchachos para que entren en Arbaniyeh y conseguir un poco de pan e indagar si los Said pasaron cerca de allí.

Los muchachos entran en la villa, habitada por cristianos maronitas y ortodoxos, se pasean por el poblado y se acercan a una casa donde hacían pan, tocan la puerta y les recibe una señora, preguntándole si podía venderles un poco de pan, a la vez le preguntaron si había pasado por el lugar los Said de Salima (era lógico preguntar, ya que los pobladores de la comarca se conocían entre todos ellos, así sean druzos o cristianos), la mujer encontró extraña la actitud de los muchachos y les negó el pan, aduciendo que no tenía, a la vez les dijo que iba a donde el vecino en busca de pan y venderles un poco.

Los muchachos les pareció tal actitud muy sospechosa, uno de ellos se adentró en la casa y vio que el horno estaba prendido y había pan hecho (en aquella época el horno se ubicaba en un cuarto aledaño a la casa como era la costumbre), al ver el pan toma un poco y sale de allí, avisando a su compañero que algo pasa aquí, si hay pan, parece una trampa, por lo que salen del lugar y se dirigen al campamento donde está el resto del grupo, contando lo que les había ocurrido.

Los hermanos Ali y Ahmad analizan la situación, y como no querían correr riesgos innecesarios, deciden abandonar el lugar y toman camino hacia Arsoun.

En las cercanías de Arbaniyeh se encuentran con un anciano que reconoce a Ali El Masri y su hermano, y no como egipcios sino como los Jair Eddin, y les dice, “Si buscan a los Said para vengarse, tienen una buena oportunidad porque Abou Ali Said (Amin Said, padre del asesino) y su gente pasaron por aquí rumbo hacia Arsoun hace horas, y de seguro que por aquí regresarán, por lo que agradecen al viejo que resulto amigo de ellos y marchan al pueblo de Arsoun.

Bordearon la parte baja del desfiladero de Salima, para dirigirse al pequeño valle que separaba ambas colinas, recorrida por un pequeño río conocido también como Río Arsoun, lo cruzan y al llegar cerca del pueblo se detienen, uno de los hermanos llama la atención del grupo y les dice “No podemos entrar al pueblo porque pudiésemos despertar sospechas, además hay mucha gente en el velorio y así no podemos hacer nuestra venganza delante de todos, dañando las ceremonias fúnebres de esta gente inocente, vamos a esperar mejor en las afueras del pueblo, cerca del Ain (Manantial), ya que allí seguramente van a pasar a tomar agua y seguir el camino.

Una vez en el Ain, los El Masri acampan en la cercanía donde descansan y comen un poco, para luego dispersarse estratégicamente, ocultándose del camino y esperar a sus enemigos. Pasaron dos (2) horas y llega una mujer al Ain (manantial), cargada de dos tarros de arcilla para ser llenados de agua, en ese momento llegan los Said acompañado de sus guardaespaldas y sus corceles, en total eran unos 25 hombres, uno de ellos le dice a la mujer que se apartara y retirara la jarra, ya que ellos y sus caballos tenían sed, pero la mujer se negó y les replica, “Lis caballos pueden esperar, ya que falta poco para que se llene la jarra”, el viejo Amin Ali Said, mejor conocido como Abou Ali, se puso tenso y le indico a su ayudante que agarrara la jarra y se lo pariera en la cabeza a esa mujer por insolente.

Los hechos eran vigilados muy de cerca por los El Masri, cuando la mujer se ve en peligro de ser agredida comenzó a gritar, en ese instante Ali El Masri sale al descubierto y les dice a Bou Ali Said y su gente, “Dejad a la mujer en paz, no sean cobardes”, los Said no salían aun de su asombro, cuando vuelven a escucharle decir “Mirad, no crean que venimos a tomar venganza en secreto, así que prepárense porque vamos a atacarles por la muerte y el honor de mi hermano Slaimen Jair Eddin”, y sin más explicaciones, aparta a la mujer, mientras salen todos sus parientes que eran en total unos doce (12) hombres, desenfundan sus armas y atacan a los veinte y cinco (25) Said.

En el mismo Ain pelearon, se tiño de sangre sus aguas y la victoria no hizo esperar, los El Masri habían eliminado a veinte y tres (23) de los Said y sus guardaespaldas, entre ellos estaba el cuerpo del asesino, Amin Ali Said y sus secuaces de aquella fatídica noche, capturan vivo al viejo Abou Ali Said y a uno de sus hombres, salvando sus vidas, y los dejan vivos a propósito para que el viejo regrese a Salima y cuente lo sucedido, acompañado de un fiel testigo, a todas estas había otro testigo, la mujer que presenció todo aquello, para irse al pueblo de Arsoun a contar lo ocurrido.

Ali El Masri le dice al viejo Amin Ali Said (Abou Ali), “Sirvate como testigo porque te vamos a dejar vivo para que cuentes la verdad de lo que ocurrió aquí”. De esta manera consumada la venganza, los El Masri salen del lugar y dejan en el sitio al viejo y su acompañante, desarmados y sin cabalgaduras y toman un atajo por el monte en busca del camino a Felougha.

El viejo Amin Ali Said, acompañado del único hombre que sobrevivió, aun consternados por lo ocurrido, marchan por otro atajo a través del monte hacia Salima, donde se conocerá la noticia de la humillante masacre de sus hombres y de su hijo, quienes eran mayoría en número ante los victoriosos El Masri quienes consumaron su venganza con honor, dejando el cuerpo del criminal y de sus secuaces y de otros parientes más en los alrededores del Ain cerca de Arsoun.


Los El Masri con el honor en alto vuelven al Yabal.


La noticia corrió como pólvora en toda la comarca ese mismo día de la venganza, mientras que los El Masri salían de Arsoun, pasaban cerca del pueblo druzo de Btekhnay (Btejnay), desde allí tomarían el camino para ir a los altos de Felougha donde acamparían y desde allí tomar el camino del valle de la Bekaa para regresar al Yabal en Siria.

Mientras esto sucedía con la salida de Los El Masri de la comarca de Arsoun, en Salima aun no llegaba el viejo Abou Ali a la villa, ya que estaba caminando junto con su testigo sin sus cabalgaduras, pero ya en Salima se conoció la noticia del hecho, gracias a las noticias traídas por jinetes provenientes de Arsoun quienes escucharon la versión de los hechos de aquella mujer que presenció todo. Una vez que el viejo Abou Ali llegó a la villa fue humillado por extraños y amigos, incluso por sus propios parientes.

Paralelamente, cuando los El Masri pasaban cerca de Btekhnay, observaron que dos casas druzas de la región peleaban entre si, los Aboul Hosn y los Anderi, estos últimos estaban dominando la lucha, haciendolos retirar de las calles de la villa, incluso lograron sacarlos del mismo pueblo, los aboul Hosn desesperados comienzan a dispersarse y en su huida varios de ellos habían alcanzado Felougha y otros se encontraban en el camino hacia el Medeirej (Mdairiy) pasando ya por Hammana.


Ya la noticia de la victoria de Los El Masri en Arsoun se conocía en Felougha y áreas circunvecinas, esta noticia había llegado a los Aboul Hosn, quienes eran aliados y amigos de siempre de los El Masri, cuando estos eran los tres hermanos Jair Eddin, esto motivó que el grupo que se encontraba en Felougha salen en su busqueda y los encuentran de campamento en los altos de esta villa, donde se encontraban recuperándose de sus golpes y heridas, allí uno de los Aboul Hosn reconoce a Ali El Masri, quien al verle evita mirarle, el señor Aboul Hosn al darse cuenta le recrimina “Ali no te hagas que no me viste, por favor necesitamos tu ayuda”, Ali se encontraba un poco perplejo con el asunto, ya apenas salieron de una lucha en Arsoun y están por ende en la defensiva, por ello tras reconocer a los Aboul Hosn baja la guardia y le saluda, para contestarle “Con mucho gusto y honor los vamos a ayudar”, juntos se sentaron y mientras comían el Aboul Hosn le explica la situación que estaban viviendo en Btekhnay.

No pasa mucho tiempo cuando los El Masri deciden ayudar y bajan en ayuda de los Aboul Hosn, juntos se enfrentaron con los Anderi, comenzando a ganar terreno y entran a Btekhnay. La lucha duró tres días, logrando expulsar esta vez a los Anderi del pueblo, con excepción de 23 familias de dicho clan familiar, quines no intervinieron en la refriega, por lo que los dejaron vivir en la villa en paz.

Luego de esta nueva victoria de los El Masri en Btekhnay, junto con los Aboul Hosn, la noticia corrió por todas las comarcas vecinas, aumentando aun más el prestigio de los primeros entre sus partidarios y amigos, todos eran simpatizantes del antiguo partido de los Qaisitas. Probablemente esto hizo que los Emires Abou El Lamah no intervenieran en ambas situaciones, ya que ellos también eran Qaisitas.

Los Aboul Hosn en agradecimiento a los El Masri, hicieron un pacto de honor de ayuda mutua, un “Pacto de Sangre” entre las dos familias que pedura hasta nuestros días, tras realizar el mismo los El Masri salen satisfechos de Btekhnay y emprenden el camino hacia Siria para reencontrarse con el resto de la familia en Yabal El Duruz.

A todas estas, mientras ocurrían los hechos anteriormente descritos en Btekhnay, Abou Ali Said, mejor dicho Amin Ali Said, un viejo lider en Salima contó la historia de tan humillante derrota del Ain cerca de Arsoun, donde su hijo y otros 22 de sus partidarios perdieron la vida, y ante esta noticia queda triste y deshonrado, perdiendo el liderazgo que tenía ante el resto de los Said, muchos de ellos, inocentes de todo lo que había ocurrido años atrás con la muerte de Slaimen Jair Eddin, le pierden el respeto y le rechazan. Otros quienes si le seguían le irrespetan por su fracaso, ya que no le perdonan el hecho que tan solo 12 hombres hallan derrotado a un grupo más numeroso de 25 hombres de su poderoso clan.

Ya en ese tiempo, los Said no eran tan poderoso como antes, bien sea por sus inclinaciones políticas, al parecer no eran qaisitas, o bien sea por otros factores, esta pérdida de poder se hacia sentir en toda la comarca, a esto se le suma la humillante derrota que sufrieron Bou Ali Said y sus partidarios frente a 17 hombres de los El Masri, en su mayoría jóvenes.

Con tanta humillación recibida por Bou Ali Said de su propia familia, llegando al extremo a la falta de respeto de varios de ellos. Aunque muchas conjeturas se han tejido al respecto, es válido señalar ciertos detalles, como el caso de un grupo de jóvenes de la familia Said llegaron a casa del viejo Bou Ali, cuando este no estaba en ella, siendo atendida por su señora, sin saber lo que iba a pasar, les invitó a sentarse, estos una vez dentro comenzaron a molestarla al extremo de tratar irrespetarla, pero ella no lo permitió, defendiéndose de estos y sacarlos de su hogar.

La señora de Bou Ali supo mantener el respeto a su casa y su honor por su propia determinación, enfrentando la situación con valor, no se esperaba menos de ella proveniente de una familia de alto linaje político como los Aawar de Qornayil.

Tras el hecho, espero con paciencia el regreso de su esposo, contándole lo sucedido, pero con rabia, impotencia y muchas dudas no le creyó, contrariada y herida en su orgullo, le increpo su actitud, y tras discutir, decide marcharse de su casa a Qornayil (a 3 kilómetros de Salima), donde están sus familiares.

Pasan los días y en vista que su mujer no regresaba, Abou Ali decide ir en su busca, encontrándola aun muy contrariada, molesta, por lo que le recriminó nuevamente su egoísmo y terquedad, según las crónicas orales, ella le acusó por ser culpable del asesinato de Slaimen Jair Eddin de aquella noche fatídica, hace ya más de doce años, convirtiendo a su hijo Ali Said en un vil asesino, culpa que no aceptó, provocando la expulsión y la posterior venganza de los hermanos Jair Edwin, que devengó con la muerte de su hijo Ali Said y de otras 22 personas. Tras la discusión ella le puso ciertas condiciones para regresar a su casa en Salima, al decirle “ya basta de tanta matanza, tu tienes la culpa de todo lo sucedido, ya basta de tu pobre orgullo y venganza, no vuelvo a casa hasta que no reconoscas tu culpa ante toda tu familia”, no sólo eso le exigio, también pidio que fuera al Yabal para hacer las paces con los El Masri y que estos vuelvan a Salima que es su verdadero hogar.

Ese día Amin Ali Said regresó a Salima sólo, pensando todo lo dicho y exigido por su noble mujer, pero ello, tras varias conversaciones con otros jefes y líderes de la familia, decide terminar con todo el asunto, reconociendo su falta, su culpa de lo sucedido y aceptó por ello la muerte de su hijo, además decidió viajar al Yabal el Duruz en busca de los El Masri y hacer las paces con todos ellos.


                                                     Monir Afif El Masri El Masri

                                                          Valencia – Venezuela
                                                                Agosto 2012.


EN LA 3ª PARTE, EL DESCENLACE DE LA HISTIORIA, CON LA PAZ ENTRE AMBAS FAMILIAS Y EL REGRESO DE LOS EL MASRI A SALIMA



HISTORIA DE LA FAMILIA.

1ª PARTE

Origen de la familia El Masri.


En tiempos de los Emires druzos, gobernantes en el Monte Líbano, cuando este aun no existía como nación, sino más bien como emirato del Monte Líbano, que, aunque se encontraba subdivididos en pequeños y múltiples principados (emiratos) y feudos, bajo el dominio del Imperio Otomano, también conocida como la Sublime Puerta, era gobernada de forma autónoma por los príncipes o Emires Maàn.

Es en esa época cuando se inicia nuestra historia historia en una pequeña ciudad como Rashaiyah, al sureste del Líbano y a los pies del Monte Hermón (Yabal El Shaikh o Montaña del Señor o del Anciano, en honor a un noble hierofante druzo), en un día de fiesta donde se celebraría un vistoso desfile, en ocasión de un Congreso Druzo, a la cual se encontraban invitados los Unitarios Druzos de la región y áreas circunvecinas, entre ellos ricos señores, príncipes y representantes de las comarcas libanesas y de la vecina Siria.

Antes de ello, en el año 1634 D.C., con la caída del Gran Emir del Monte Líbano, Fakhreddine II Maàn y su posterior decapitación en manos de los Turcos Otomanos en Constantinopla (1635), la situación política en el Monte Líbano se vuelve tensa y difícil, reinando la incertidumbre en toda la región, por lo que muchas de las dinastías y noblezas libanesas se comienzan a reorganizar, a fortalecerse, para evitar un ataque de de sus rivales libaneses o de los Otomanos, dominantes en el Medio Oriente. Los Abou El Lamah, noble estirpe druza cuyo dominio era la región de El Maten, no eran la excepción, por lo que intentaron la búsqueda y reclutamiento para fortalecer su ejército o cuerpo de guardia e incluso su comarca, trayendo hombres para que trabajen sus tierras, con el fin de enfrentar la situación y de esta forma aumentar su peso político en la región, para esa época, eran partidarios de los Qaisitas, al igual que los príncipes Maàn, pero no eran líderes del partido, sino después en tiempos de los príncipes Chehab.

El feudo de los Abou El Lamah dominaban gran parte de El Maten, comarca del Monte Líbano, con sus regiones de los Altos de El Maten, donde se ubicaban los pueblos de Salima, Qarneyil, Btejnay, Feluga, Ras El Maten, Arsoun y otros de gran mayoría druza, Maten Norte, donde se ubican Bikfaiyah, Dohur El Chouair, Baabdet, Mtein, Antoura, Qaaqour, Brommana y otros de población mixta pero de mayoría cristiana maronita, con fortalezas construidos por ellos en casi todos los rincones, sobresaliendo los castillos de Salima, Ras El Maten y Bikfaiyah.

Esos años, los Abou El Lamah envían a sus emisarios a varias regiones druzas del país, para iniciar el reclutamiento. En el año de 1636 se convocó un festival o congreso druzo que se celebraría en la región de Rachaiyah, por ello el Emir Abou El Lamah de Salima, envía a su emisario en su representación en la persona de su primo para lograr tal objetivo.

Se desconoce el motivo del motivo del congreso druzo, pero era usual su realización en aquellos tiempos por lo menos una vez al año. Se cree que ese congreso en particular, como todos los anteriores era para reunir a los druzos, discutir la situación política de la región y otro de los motivos fue apoyar al nuevo Gran Emir del Líbano, Melhim Maàn (1635-1657), otro motivo pudo ser exaltar a la región de Rachaiyah como parte de la histórica región de Wedi El Taìm, cuna del drusismo en la región de las tierras de Damasco (Líbano, Palestina y Siria), pero todo estos motivos son en parte conjeturas, ya que realmente las crónicas orales no lo especifican.

La región de Rachaiyah se ubica al sur este de la actual Líbano, exactamente al este del Monte Líbano y del río Litani y Hasbani, al sur del Valle de la Bekaa y al oste del gran Monte Hermón (2.814 m.) perteneciente a la Cordillera del Anti Líbano, frontera natural entre Líbano y Siria. El pueblo de Rachaiyah, hoy convertida en una pequeña ciudad, se ubica a una altura de 1.350 metros sobre el nivel del mar, pintoresca, activa con sus castillos principescos de los tiempos de los emires Chehab. Al sur del poblado se ubican el pie de monte conformadas por las estribaciones del Hermón, en una de ellas esta a unos 10 kilómetros el pueblo de Ain Harchi (Ain Harshi), a una altura de unos 1040 metros sobre el nivel delñ mar, más al sur esta el poblado de Hasbaiyah, capital de la provincia del mismo nombre, ambas regiones, Hasbaiyah y Rashaiyah, conforman la histórica región de Wedi El Taìm.

Las crónicas no son claras si el congreso festival druzo se hizo en el pueblo de Rachaiyah o en otro lugar dentro de la región, pero los cronistas orales si mencionan que reunió a muchos clanes y familias druzas, entre ellos se encontraban altos dignatarios, masheyij (ancianos honorarios y religiosos) y clanes principescos, donde compartieron con el pueblo, reuniones, charlas, comidas e incluso un desfile de diestros y valerosos jinetes, en su mayoría hombres de la comarca, y así transcurrió la jornada con un gran banquete para luego seguir disfrutando de las ceremonias.


En este festival, llamó la atención de los presentes tres diestros jinetes quienes efectuaron su presentación demostrando sus habilidades montados en sus alazanes, pero sobre todo de un príncipe de la Familia de los Abou El Lamah que los estaba observando. Este príncipe era miembro de los Emires (príncipes) gobernantes de la región o comarca de El Maten, ubicado en el centro del Monte Líbano, cuya sede principal era el Castillo de Salima (Saraya de Salima), donde se encontraba su capital regional, con otros castillos cercanos en Ras El Maten, Bikfaiyah y Arsoun, todos en la misma región

Según las crónicas hubo intercambio de opiniones entre un organizador y el enviado de la noble familia de los Abou El Lamah, de Salima, opinando éste último sobre lo hermoso del congreso y del desfile de los jinetes sobre sus cabalgaduras, llamándole la atención y así le hizo saber a su interlocutor de que quedó maravillado por la participación de aquellos tres diestros hombres, que montados en sus corceles, ejecutaban con gran marcialidad y acrobacia el desfile, por lo cual los describió y preguntó por sus identidades, informándole que eran los tres hermanos entre si, pertenecientes de la casa Jair Eddin de Ain Harchi.

El emisario de los Abou El Lamah de Salima, era primo del Emir de dicho poblado, y al saber la identidad de aquelos diestros jinetes, le comunicó a su interlocutor que deseaba hablar con ellos y así conocerlos. Finalizado el banquete fueron invitados los tres hermanos Jair Eddin a reunirse con el emisario de los Abou El Lamah, dicha reunión se efectuó, no teniéndose certeza de lo dicho entre ellos, pero si esta claro que el enviado de los Abou El Lamah les invitó a nombre del Emir para ir a Salima con el fin de instalarse en aquella localidad para trabajar, sembrar la tierra y hacer causa común con los gobernantes de la región, con derecho a casa, tierras y agua.

Estos tres hermanos se identificaban como Ali Jair Eddin, el mayor de los tres, Ahmad Jair Eddin y Slaimen Jair Eddin, todos ellos casados y con hijos, aunque sin saber cuantos eran, ciertamente los hermanos aceptaron la invitación porque se les ofreció tierra, techo y agua, y ciertamente eran aunque pobres, honestos trabajadores y valerosos hombres que tanto necesitaba el Emir de Salima. Se suma a ello que tanto los tres hermanos como los Abou El Lamah eran partidarios del partido Qaisita, siendo lógico que el emisario no iba a reclutar partidarios del otro partido, los Yamenitas, enemigos de ellos.

Los tres (3) hermanos Ali, Ahmad y Slaimen Jair Eddin, no pertenecían a la nobleza druza, sino de gente humilde, trabajadores del campo al igual que la mayoría de la familia, de raíces árabes muy antiguas, quienes llegaron al congreso por sus destrezas como jinetes, hombres valientes muy conocidos en la región, y probablemente por ello fueron invitados.

Cabe reseñar que la casa de los principes Abou El Lamah es de antiguas raíces y de entre las primeras que aceptaron el llamado a la Fe Unitaria en el siglo XI, para la época del encuentro con los tres hermanos en el año 1636 eran druzos, siglos después se comienzan a cristianizar y hoy día en su mayoría son cristianos maronitas, residentes en Bikfaiyah, una pequeña ciudad al norte del pueblo de Salima.

Los Jair Eddin en Salima.

Finalizado el Congreso Festival de Rachaiyah, los tres hermanos regresaron a su villa, Ain Harchi, para preparara sus enseres, sus enseres, resguardar sus viviendas, tierras y demás pertenencias que iban a dejar para iniciar el viaje, que para la época duraría unos dos días recorriendo carreteras tortuosas de tierra, cruzando valles y montañas para luego cruzar la alta cordillera del Monte Líbano y descender al otro lado del mismo, por el oeste, para poder llegar a Salima, mucho más al norte de donde están.

Días después inician la marcha, junto a sus mujeres e hijos acompañados de carretas, burros, caballos, algún otro tipo animales, llevándose consigo las pocas pertenencias que pudieron cargar, tomando el camino a las ricas y montañosas tierras boscosas de El Maten, donde se encontraba Salima.

Finalmente los tres hermanos Jair Eddin llegaron a Salima en el año 1636 (año de 1057 del calendario musulmán), siendo recibidos por el emisario del Emir (príncipe), quienes los instalan en tierras que son del Emir para que las trabajen. Las crónicas no mencionan si había vivienda donde radicarse, pero los historiadores orales hablan que se les dio casa, tierra y agua para cosechar sus propias tierras. De seguro conocieron al Emir de Salima y a su esposa, al ser llevados al Saraya (Palacio) quienes le dieron la oficial bienvenida.

El por qué dejaron su villa para ir a Salima, poco se sabe, de seguro vieron una gran oportunidad al trabajar en tierras de los poderosos príncipes Abou El Lamah, la otra posibilidad era lo céntrico que era la región de El Maten, con una buena actividad agrícola y económica, y con una altura de unos 950 metros sobre el nivel del mar, que la hacía más atractiva por su temperatura más benevolente que su villa. Todo ello entra en las conjeturas de quien escribe e incluso de las fábulas de algunos parientes.

En aquel tiempo, Salima se ubicaba en una pequeña planicie alrededor del Saraya (unos 900 m. de altura), característicamente montañosa, con fuertes declives seguidos de pequeñas planicies, donde se podía vivir y cosechar sobre todo en la parte norte de la ladera, allí se encontraban las tierras de cultivo, ubicadas más abajo del poblado, en una planicie mayor conocida como Harat el Hiarat (Sector de las tierras), con pocos pequeños nacimientos y manantiales, siendo la más importante Ain El Hiarat, con una altura promedio de entre 700 a 800 metros sobre el nivel del mar. Mucho mas abajo estaba el poblado cristiano de Arbaniyeh, no visible ya que se encontraba debajo de un despeñadero y muy cerca del río, que para unos es el Salima, para otros es el río Beirut, ya que en dicha ciudad desemboca al ganar el Mediterráneo.

Los pobladores lo conformaban la casa de los Abou El Lamah, sus guardias y parte de su ejército, los integrantes de la casa Said (otra familia druza) y pequeñas casas de comunidades cristianas maronitas y ortodoxas, entre ellas los Bichaalani y los Nacuzzi, quienes tenían sus casas cerca del Castillo, al igual que la familia druza Said, habían varios manantiales que nutrían con sus aguas a sus pobladores que residían tierras abajo, y hacia el oeste del palacio estaba el Cementerio de Los Abou El Lamah, ubicada debajo del nacimiento del famoso manantial o Ain El Kamar. Más abajo estaban las tierras aptas para la cosecha con varias viviendas, entre ellas estaba la casa de los tres recién llegados.

Así dispuesta la villa, encontraron los tres hermanos Jair Eddin a su nuevo hábitat. Con el tiempo la gente fue abandonando sus viviendas en el sector o Harat El Hiarat, para construirlas más arriba, cerca y alrededor de la fortaleza (Saraya), motivado a que eran tierras más ricas en agua. En el Hiarat era más seco y sólo un manantial, Ain El Hiarat y algunos pozos alcanzaba para irrigar las tierras, pero lo que más motivo la salida de los habitantes del sector fue la abundancia de hormigas que plegaban las viviendas y cosechas. Las tierras de arriba eran más húmedas, negras, ricas en manantiales y boscosa, aptas para vivir.

Los hermanos Jair Eddin trabajaron arduamente sus tierras, resaltando su humildad, generosidad y honradez, por lo que ganaron los afectos de sus vecinos e hicieron muchos amigos. Cada día que pasaba más se afincaban en Salima, gracias a su ímpetu y tesonera labor, además de su generosa amistad que daban a sus vecinos. Por ello un honorable miembro de la familia Said les obsequió unas tierras en el sector El Hiarat, cerca de las tierras que el Emir les había cedido para que las trabajara, con turno de agua para su irrigación. La historia oral no menciona el nombre de este noble hombre de la no menos druza casa Said.

Los Jair Eddin con tierras propias, construyeron sus viviendas en la parte alta del pueblo, se dice que en el sector o Harat El Miden (centro del pueblo y a un lado del palacio), vivían de la agricultura, de sus cosechas, pero las crónicas no mencionan si siguieron trabajando las tierras del Emir, pero si tenían derecho al turno de agua donde se les cedió para irrigar sus tierras en Ain El Hiarat. Lo que si estaba claro que la familia Jair Eddin estaba creciendo, con nuevos miembros en su seno, formando así la tercera casa Druza de la villa de Salima.

Para entonces los tres hermanos contaban con una gran familia, Ali Jair Eddin contaba con cinco hijos varones: Abdeljedi, Yabar, Matar, Slaimen (en honor de su menor hermano) y Bahaeddin; el segundo de ellos, Ahmed Jair Eddin contaba con tres varones: Yunis, Shahin y Bujair, mientras que el menor de ellos Slaimen Jair Eddin contaba con Henaidi y Wayasil (Yasbal), las crónicas orales no mencionan los nombres de las mujeres de los tres ni las hijas de la familia, por aquella vieja tradición árabe que sólo los varones son los que forman y representan a la familia, mientras que las mujeres al casarse formarán parte de las familias de sus maridos.

Pero no todo fue felicidad para los tres hermanos, ya que seguro su presencia, su instalación, crecimiento y éxito como familia habría creado ciertas fricciones entre sus vecinos. Sin olvidar que un honorable miembro de la familia Said regaló unas tierras a estos tres hermanos en el Hiarat, con derecho a un turno de agua, allá abajo del pueblo, lo que pudo provocar envidia entre sus parientes.

Ain El Hiarat es el único manantial importante del sector de siembras (Harat El Hiarat), lo demás eran pequeños pozos, y de la parte alta del pueblo, rica en manantiales, estaban lejos de las tierras cultivables, para la época no había acueductos, sino pequeños canales que llevaban el agua.

En un año de sequía, el agua escaseaba por lo que todas las familias que tenían acceso al manantial se turnaban para cuidar su turno de agua, día y noche para cuidar su ración, igual lo hacían los tres hermanos Jair Eddin, pero en una de esas noches de ese año (no se menciona cual), siendo el turno de los Jair Eddin, se encontraba el menor de los tres, Slaimen Jair Eddin, vigilando la misma, descansando cuando se podía, pero el ruido le hizo llamar su atención, sorprendiendo a unos individuos robando el preciado líquido, sin autorización ni permiso de nadie, estos al percatarse de su presencia lo asesinaron. Después se descubrió que este pequeño grupo eran hombres de la familia Said, quienes estaban encabezados por un tal Ali Amin Said (según las crónicas de la familia), hijo de un notable miembro de esa familia, y este al verse descubierto por Slaimen quien le reclamó su conducta, forcejearon y con ayuda de dos o tres cómplices, le dominaron y mataron.

Amaneció ese día y la noticia corrió por todo el pueblo y por la comarca, este hecho de sangre provoca estupor entre sus otros hermanos y sus menores hijos, quienes trataron tomar la justicia por sus propias manos, pero como eran dos adultos y unos cuantos niños, fueron dominados por los Said quienes no permitieron consumar la venganza, y por ello nada pudieron hacer, sólo recoger a su hermano y darle sepultura.

Esta situación de impotencia les obligó a buscar y exigir justicia ante el Emir, pero al ver que se les negaba tal solicitud, optaron de nuevo por tomar las leyes con sus propias manos, pero nuevamente fueron detenidos por la abrupta mayoría de los Said.

La situación se hizo difícil en Salima, los unos querían la venganza, los otros se lo impedían, los Abou El Lamah, príncipes gobernantes de la región no hacían nada al respecto, quizás por sus alianzas con los Said. Hay que recordar que los tres hermanos ya no trabajaban las tierras de los emires ni eran subordinados a ellos, por contar con sus propias tierras y casas.

Pero no todos eran unos ingratos ante el sufrimiento que padecían los Jair Eddin, sobre todo por menores los hijos del difunto Slaimen, entre ellos estaban varios nobles miembros de los Said, al igual que de las familias cristianas habitantes de la villa, pero particularmente de la esposa del Emir de Salima, cuyo nombre se pierde en la historia oral, quien tras consolar a la familia, hablo con el mayor de ellos y le aconsejó que se cuidara de la idea de la venganza, ya que tanto él como su hermano, sin contar con sus menores hijos, no podían solos con los Said, incluso explicó que su esposo el Emir protegía a la familia de Ali Amin Said en particular, ya que su padre, Amin Ali Said, conocido como Bou Ali Said, era un líder entre ellos, por lo que ella había discutido con su marido por lo sucedido, reclamándole de cómo era posible que la muerte de ese pobre hombre no fuera vengada, “acaso no hay justicia”, por lo que el Emir le replicó que no era asunto de ella.

Por estas circunstancias, la Emira (título femenino de princesa en árabe, por ser esposa y miembro de los gobernantes Abou El Lamah) aconsejó a su amigo Ali Jair Eddin que es mejor no hacer nada por los momentos, y como loa ánimos estaban caldeados entre las partes, era preferible abandonar el pueblo y salir de la comarca, antes que la turba de los Said los atacara, incitados por el mismo asesino. Este dialogo entre ambos hizo entrar en razón a Ali, quien tras hablar con su hermano, deciden abandonar el pueblo, por lo que a los pocos días marchan de Salima junto con sus familias y las de Slaimen, tomando la ruta hacia Qarneyil y de asllí hacia el este para dirigirse el elevado paso montañoso de Duhur El Bailar para cruzar la cordillera, ganar el valle de la Bekaa y dirigirse hacia Siria, a la región druza de Yabal El Duruz, mejor conocida como la Montaña de los Druzos (Yabal Al Duruz).

El motivo de porqué se fueron a Siria y no a su pueblo en Ain Harchi, son pocos conocidos pero existe conjeturas al respecto, unos dicen que por vergüenza de no haber vengado la muerte de su hermano, otros para evitar la persecución de los Said, aliados de los Abou El Lamah, quienes eran los que supuestamente les debían protección y les habían contratado (por cierto esta familia principesca eran aliados de los príncipes Chehab, que para la época gobernaban en la región de Hasbaiyah – Rashaiyah, donde se ubicaba este pueblo. Otros dicen que tenían amigos en esa región de Siria, por ello decidieron marcharse para aquellas montañas.

Lo cierto es que una vez en Yabal Al Duruz, se instalan en un pequeño poblado de la región llamado Rimi, donde se comenzaron a crecer como familia, pero en la mente de todos ellos quedo la intención de regresar y tomar en sus manos la justicia para verngar la muerte de Slaimen Jair Eddin y regresar a Salima con honor.

Hoy día, en el Yabal el Duruz donde se ubica Rimi y sus zonas aledañas se conoce como Harat el Henaidiyet (tierras de los Henaidi) en honor a uno de los descendientes de estos tres hermanos, específicamente del difunto Slaimen Jair Eddin.


EN LA 2ª PARTE CONTINUACIÓN DE ESTA HISTORIA
 
                                                Monir Afif El Masri El Masri
                                                    Valencia – Venezuela
                                                           Agosto 2012.